LA ESCULTURA COMO LUGAR. EL EJERCICIO DEL ESPACIO
Sara Biassu aborda el proceso creativo como si de un proceso biológico se tratase. Como una exploradora basa su trabajo en la investigación y la experimentación con la materia, estableciendo analogías entre la creación y su propio proceso vital, de crecimiento, de búsqueda, de cambio constante.
La artista, como una arqueóloga, incorpora las huellas de la memoria, marcas vitales aplicadas al soporte. Elige cuidadosamente cada paso mostrándonos un perfecto conocimiento de la técnica para despojar a los materiales de connotaciones accesorias, trasportándonos a lo esencial.
Logra hilar, con la extraordinaria coherencia de una sabia recolectora, historias repletas de reminiscencias, de recuerdos, de anhelos… , con un canto a la esperanza que muestra un trabajo muy personal, con una gran carga poética que conforma una obra intimista a la vez que cercana.
Cada obra nos invade para fijar un diálogo entre el espacio, el tiempo y lo que acontece, utilizando gestos solidificados que hablan de soledad, angustia, miedo, de la fragilidad inocente que encarna la niñez, de las ilusiones, los sueños, los proyectos que van tomando forma con el transcurrir de la vida: Cuando lo que nos habita nos incorpora.
Consigue conectar una pequeña parcela íntima, privada, para convertirla en un espacio común a cualquier ser humano, llevándonos de lo Universal a lo Particular con un discurso estético esperanzador, un soplo de aire fresco que nos invade y nos hace sentir vivos.
Anabel Lorca, febrero 2010
Catálogo 10ª edición CERCO
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